(Te) Recuerdo





Recuerdo perfectamente la primera vez que te vi.
Como me ganaste a base de yogures en vaso de cristal
y como bailabais vuestra canción, "Another Day in Paradise".

Recuerdo cuando íbamos al parque con la bici o a la playa con el balón de fútbol.
Nuestras carreras por la orilla de Samil
y tus entrenamientos en Panxón.

Recuerdo tus sábados en casa con tu cigarro, tu vino y el periódico en mano.
Cuando me venías a ver jugar y después me explicabas mis fallos y mis aciertos.
Buscaba tu sonrisa al sacar el balón sobre la línea.

Recuerdo esos fines de semana de patatillas, queso, cervezas y fútbol.
Nuestros saltos en el sofá, ya sea por un gol o por un error clamoroso.
Cuántas patadas se llevó esa mesa y cuántos vasos te tiré por sentirlo demasiado.

Recuerdo nuestros piques a la videoconsola.
O a las cartas, o al parchís, o al Trivial.
Y tus halagos cuando dibujaba o hacía radio con aquel pequeño radiocassette.



Recuerdo tus historias de juventud.
Tus fiestas, tus ligues, tus majaderías y tus fotos.
La enseñanza de tus errores para que yo no cometiera los mismos.

Recuerdo tus bailes en el salón con la niña guapa de la casa.
Da igual que sonara Phil Collins, los Beatles o Santana,
tú querías bailar y ella danzar sobre tus pies.

Recuerdo tus enfados por mis tonterías y por llegar tarde.
O por mis malas notas. O por hacerle bromas pesadas a mi hermana.
O por no esforzarme y priorizar cosas que no eran prioritarias.

Recuerdo nuestras vacaciones.
Aprovechabas la oportunidad de enseñarme a competir,
ya fuese fútbol, natación, baloncesto o judo.



Recuerdo tus paellas de domingo y pelearnos por el socarrat.
Tus conversaciones en valencià del que solo aprendí los tacos.
O que, orgulloso decías, que con 12 años ya era más alto que tú.

Recuerdo la fatídica noche. El silencio. Las sirenas.
El llanto inconsolable de alguien en la cocina. Era yo.
Tu imagen. Tus últimas palabras. Tu última nota. Tu adiós.

Y te recuerdo. Y te recordamos.
Siempre y sobretodo en estas fechas.
Te fuiste tal cual viniste.
Sin saberlo, sin quererlo, en silencio.

Aunque ya nada pueda devolvernos los días del esplendor en la hierba
y de la gloria en las flores, no debemos apenarnos. Al contrario, tenemos que buscar gozos en el recuerdo. 

William Wordsworth

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Ro, gracias por estar siempre ahí. Me dices tantas cosas bonitas siempre que ya no sé que decir.
      Un besazo bichiño!

      Eliminar
  2. No dejes de abrirte en canal escribiendo, David. Una manada de pájaros sobrevuela el cielo cada vez que lo haces. Un abrazo, que abarque.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eres enorme hermano, maravilloso texto que ojalá nunca tuvieras que haberlo escrito...

      Eliminar
    2. Gracias Eloy! No esperaba verte por aquí y me ha hecho muchísima ilusión. Creo que no sé escribir de otra forma, exponerme sin chaleco antibalas en un paredón. Un abrazo enorme maestro.

      Eliminar
    3. Hermanito! Gracias por tanto... Pronto estaré de vuelta.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares